Cómo ser optimista (y mejorar la autoestima en el proceso)
Existen personas que mantienen una actitud optimista de forma natural. Observan la delicadeza de la vida y controlan mejor las adversidades. También se les considera más felices y menos exigentes. Este tipo de visión se complementa por distintos rasgos. Aprender a ser optimista es una de las actividades más importantes que cualquiera podría desarrollar.
Los pesimistas miran las catástrofes y centran sus pensamientos en la angustia. Los optimistas prefieren enfocarse en el lado positivo y natural de las circunstancias. No suelen rendirse. Saben que no se puede fallar cuando se persiste.
Cuidan su autoestima y personalidad. Procuran ser ellos mismo y no dejarse llevar por las tendencias. Valorarse es crucial para no desistir, por eso mantiene una gran estima propia y gozan de un equilibrio psicológico superior al del usuario promedio.

Conocen cuáles son sus limitaciones, las adoptan para no herir o abusar de alguien.
- Fomentan el perdón.
- Se deshacen de las energías negativas.
- Mejoran de forma constante su autoconfianza.
- Su mentalidad se fortalece con cada conflicto superado.
- Jamás se comprarán con otras personas, cada una lleva su ritmo.
Acuden a técnicas de automotivación para enfrentar conflictos. Se considera una de las claves para sobrevivir a situaciones de alto riesgo. Permite al hombre mantenerse en movimiento, aún teniendo mínimas probabilidades de triunfar. De forma constante buscan estrategias para mantener una mentalidad constructiva enfocada en sus objetivos.
Son constantes aprendices. Siempre encuentra un sitio para leer sin que otras personas interrumpan su ciclo. Superación personal, historia, biografías y psicología suelen ser los principales temas de repaso.
No temen quedarse sin compañía. La soledad es uno de los principales miedos de la sociedad. Los positivos conocen la diferencia entre estar acompañado y estar solo.
¿Cómo aprender a ser optimistas?
Muchos creen que esta doctrina es incapaz de aprenderse. Se rigen por una visión negativa e incitan a sus allegados a tomar la misma posición. La perspectiva se puede alterar fomentando diversos hábitos en la vida cotidiana. Invirtiendo 10 minutos diarios por un mes se crea una rutina, tras 90 días se adquiere un estilo de vida.
- Las frases se usan para fortalecer los pensamientos. Repetirlas a diario durante un par de minutos es adecuado para adoptar la visión.
- Eliminar la vida sedentaria mejora el estado de ánimo. Ejercicio, disminuir calorías, aumentar proteínas, por ejemplo, son una buena forma de empezar a quererse.
- Anotar tres cosas buenas que acontecieron en el día antes de dormir; ya sea regar un par de plantas, comprar un postre o ayudar a un amigo.
- Establecer metas a corto plazo y lograrlas. Dar lo menos de uno mismo. No se admiten excusas, se toman entre 40-60 minutos al día para completar la lista. Tienen que ser objetivos simples; que se puedan cumplir en 24h o una semana.
- De nada sirve pretender ser optimista si se contradice con los actos e ideas.
- Alejar los pensamientos negativos, la mente es el recurso más importante para hallar la felicidad.
- Las quejas se deben disminuir. Tomar el control de la vida también incluye las palabras que se usan con regularidad.
- Persistencia. Sin importar cuantas veces se caigan, siempre se levantan riéndose de los problemas; comprenden cómo solucionarlo.
- Ser realista con su propia persona. Eludir los problemas no es parte de la práctica. Se alzan con todas sus fuerzas antes las adversidades. Si fallan, analizan la situación y aprenden lo necesario para evitar caer en el mismo error.
¿Cuáles circunstancias rechazan el desarrollo del optimismo?
El ambiente inadecuado crea tensión, contradice las creencias que potencian al optimismo:
La pregunta del “qué dirán” es uno de los principales factores del baja autoestima e inseguridad. La persona es ella y su situación. No existe derecho que permita juzgar las decisiones que otros toman sobre su vida, a menos que repercutan en el desarrollo de un ser vivo o el medio ambiente.
Los optimistas comprender que no se debe perder el tiempo gustando a las demás personas, es imposible caerle bien a todo el mundo. Siguen enfocándose en sus metas mientras mantienen a sus amigos y familiares que les importa sin pizca de hipocresía.
Creer en la capacidad del hombre para mejorar. Los individuos temen al cambio, y criticaran todo aquello que intente evolucionar. Desde un punto de vista positivo, no existe situación en la cual no se aprenda algo nuevo.
Cada experiencia, por dolorosa que sea, es una oportunidad para abrir paso a un brillante futuro. Por regla general, son los momentos dolorosos y de tormentos los que más hacen madurar a nivel emocional. El optimista es entusiasta, no hay quien logre separarlo de su doctrina. Precisan equivocarse para aprender, es un hecho natural. No hay que avergonzarse por ello.
¿Qué factores externos podrían cohibir el desarrollo del optimismo?

No todas las personas poseen buenas intenciones. Las críticas es algo que pasa desapercibido, no dejan que los demás dominen sus emociones. Usan las intenciones constructivas para mejorar, mientras que las destructivas reciben poca o nula atención. Por más que se enfrentan a hipócritas, estafadores, mentirosos y envidiosos pretenden buscar la bondad en las personas. En caso que abunden los aspectos negativos, se alejan.
En la vida los momentos no siempre son agradables. Cada uno desglosa alegrías o tristezas. Solo aquellos que mantiene una aptitud optimista encuentra una razón para sonreír. El estado psicológico y físico también maduran tras la perspectiva. Los datos consienten la idea que se sufre menos ataques al corazón o patologías cardiovasculares.
Los principales factores del desarrollo de enfermedades, el estrés y la ansiedad, disminuyen. Es aconsejable que los individuos adopten esta postura, no sólo por el bienestar propio sino por la tranquilidad ajena. Toda persona aprende que la vida es imperfecta, los conflictos se sobreponen su autoridad. Pero para aprovecharse de ellos no solo hace falta optimismo, sino realismo.
Tomar el control de su vida radica, en primera estancia, dominar las emociones. Esto hace a las personas mentalmente capaces de afrontar las tentaciones del mundo. Evitan consumos excesivos, riesgos obvios, esfuerzos en vano y la manipulación, por ejemplo.
Al desarrollar la mentalidad positiva también se fomentar la empatía, los optimistas tienden a caer mejor a los demás que un pesimista. Su forma de actuar, pensar y expresarse cautiva al público. Atienden a sus deseos más íntimo y logran desanclar una pasión por alcanzar un ideal.
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